Acerca de Sulú

Sulú es una microempresa venezolana, creada para reencontrarnos con los sabores de nuestras piñatas y meriendas caraqueñas de los años 70 y 80, en una pastelería artesanal que además pretende recuperar ingredientes y recetas que han ido desapareciendo de nuestras mesas y fiestas, y que para nosotras, evocan parte de los mejores recuerdos de nuestra infancia.

Lo inicia Julieta Lares en agosto del 2015, inicialmente para ocupar su tiempo en  una actividad que le da mucha alegría y paz, en un año de muchos cambios para los venezolanos.  En ese momento retoma lo que fue su primer emprendimiento, iniciado en su niñez, cuando horneaba y vendía “tortas de sulú” a su pequeña clientela conformada por sus abuelas y las amigas de sus abuelas, quienes eran las conocedoras de este delicado y tradicional ponqué caraqueño.  De allí toma el nombre de su nuevo emprendimiento, ya que emula la imagen del proyecto: ingrediente venezolano en desuso que se quiere recuperar y dar a conocer (sulú, arrurruz, pericaguá, capacho, entre otros nombres), y la pastelería clásica y artesanal caraqueña que ha perdido terreno con el auge de la pastelería profesional.

El apoyo y compañía inicial lo hace con Maria Luisa de Lares, su mamá, quien fue quien la formó en la repostería de niña y adolescente.  Posteriormente se une al proyecto su hermana Andreina, con quien comparte el hobby de la cocina en general.

De la venta a amigos y familiares, se inicia venta a cafeterías de clubes y posteriormente a restaurantes de Caracas.  Y como lo bueno se sabe, se corre la voz.  El crecimiento lleva a sacar el centro de producción de la casa, y la mudanza al local de Las Mercedes, en el cual se inicia la producción en agosto 2018, la venta directa de productos en junio 2019 y, proyectada para el 2021, el inicio de las clases de pastelería artesanal para niños y adultos.

Al mudar el centro de producción, la tía Tona Palacios colaboró con algunas recetas tradicionales, y actualmente sigue vinculada como proveedora de su fabulosa polvorosa de pollo. Y finalmente, al iniciar de venta en tienda, su tía Carmela Palacios se unió al equipo, aportando su experiencia de varios años en Chefas, Universidad Monteávila.

Además de este grupo familiar, el equipo lo conforman un grupo de espectaculares mujeres quienes han sido fundamentales en el logro de la calidad y presentación actual de nuestros postres.